Manteca de Karité: hidratación profunda y reparación
La manteca de karité es un emoliente natural que ayuda a restaurar la barrera de la piel y promover la cicatrización de tejidos. Al ser rica en vitaminas A y E, tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que ayudan a reducir las manchas y cicatrices, mejorando la elasticidad de la piel.
Beneficios:
- Hidrata profundamente la piel.
- Aumenta la elasticidad cutánea.
- Promueve la curación de cicatrices.
Cómo usarlo:
- Aplica una pequeña cantidad de manteca de karité pura o en crema facial en las áreas afectadas, masajeando suavemente hasta su absorción.
- Es ideal para usarlo antes de dormir, ya que actúa durante la noche, cuando la piel está en fase de regeneración.
Aquí te recomendamos encarecidamente probar la Crema nutritiva HYDRATATION de Florame, que combina manteca de karité orgánica con el aceite vegetal de jojoba, del que te hablaremos un poco más adelante en este post.
Aceite de Árbol de Té: Antibacteriano y regenerador
El aceite esencial de árbol de té es famoso por sus propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, lo que lo convierte en un ingrediente clave en la lucha contra el acné. Aunque su principal función es evitar la aparición de nuevos brotes, también ayuda a desinflamar la piel y a minimizar las manchas y cicatrices que deja el acné.
Beneficios:
- Previene futuros brotes de acné.
- Reduce la inflamación y las manchas postacné.
- Acelera la curación de cicatrices recientes.
Cómo usarlo:
- Diluir unas gotas de aceite de árbol de té en un aceite portador, como el aceite de jojoba, antes de aplicarlo directamente sobre la piel.
- Utilízalo por la noche en las áreas afectadas para evitar irritación, ya que es un aceite esencial potente.
Otra buena opción es utilizar cualquiera de las cremas faciales ecológicas de la gama Pureté de Florame, que cuenta con el aceite de árbol de té en todas las formulaciones de sus productos y está específicamente diseñada para tratar este tipo de imperfecciones en la piel.
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