Y a nivel de texturas:
- Correctores en barra: especialmente indicados para pieles jóvenes, hidratadas o grasas. Ofrecen muy buena cobertura y duración.
- Correctores en crema: geniales para ocultar imperfecciones profundas.
- Correctores líquidos: su cobertura es algo menor que los de barra pero son muy cómodos y fáciles de aplicar. Perfectos para cubrir ojeras pronunciadas y otras imperfecciones. Especialmente recomendados para pieles secas.
- Correctores en polvo: ideales para disimular imperfecciones en pieles oleosas
- Correctores en mousse: muy agradables y de gran cobertura.
Dicho esto, veamos cómo aplicar el corrector y la base de maquillaje correctamente.
Aplicación de la base de maquillaje y el corrector
Aunque a nivel profesional hay de todo, lo más habitual es aplicar primero la base de maquillaje para unificar el tono del rostro y, posteriormente, el corrector para corregir las imperfecciones que no hayan quedado cubiertas con la base.
En caso que se utilicen correctores de color, el orden debe ser el contrario. Es decir, primero aplicar el corrector para neutralizar los tonos y, posteriormente, la base de maquillaje.
Preparación del rostro
En primer lugar, antes de aplicar cualquier producto, es esencial preparar el rostro con una buena crema facial hidratante y un contorno de ojos. En caso de tener la piel seca, lo mejor es optar por una hidratante densa y humectante. En caso contrario, la recomendación es utilizar una hidratante no obstruyente y sin textura oleosa.
Base de maquillaje
Llega el turno de la base de maquillaje para unificar el tono del rostro y dejarlo liso y listo para aplicar el resto de productos de maquillaje (iluminadores, sombras de ojos, coloretes, …).
La base siempre debe ser de un color parecido al tono natural de la piel o, como mucho, un tono por debajo. En caso contrario el efecto que se crea es muy antinatural, puesto que el color de tu rostro chocará con el color de piel del resto del cuerpo.
Aplícala con una esponja húmeda desde el centro del rostro hacia afuera, danto suaves toquecitos, y sin olvidar las zonas del cuello y orejas. Si hay alguna zona con manchas o imperfecciones a cubrir, aplica más producto en ellas con el objetivo de disimularlas al máximo.
Corrector
Una vez aplicada la base podemos proceder a aplicar el corrector en las zonas que no hemos conseguido corregir con la base (ojeras, rojeces, acné, …). Para su correcta aplicación podemos utilizar una esponja que termine en pico (lo que nos permite ser más precisos) o directamente con el dedo anular (que es el que ejerce menos presión).
La forma correcta de aplicarlo en la zona de las ojeras es hacerlo en forma de triángulo invertido, difuminando bien el producto hasta que quede totalmente fundido con la base.
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