Disruptores endocrinos: qué son y cómo nos afectan

Los disruptores endocrinos (EDC) son sustancias químicas capaces de mimetizar nuestras hormonas y alterar el correcto funcionamiento de nuestro sistema hormonal, afectando negativamente a nuestro organismo y pudiendo llegar a provocar numerosas enfermedades.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) un disruptor endocrino es: “la sustancia exógena o mezcla que altera la función del sistema endocrino y, por tanto, causa efectos adversos sobre la salud en un organismo intacto, o en su progenie, o en la población.”

Estas sustancias pueden entrar en nuestro cuerpo a través del contacto directo con la piel, a través de los alimentos que consumimos o respirando.

La lista de disruptores endocrinos es extensa y en los últimos años se han detectado alrededor de 1.500 (800 según la OMS). Dentro de esta lista encontramos pesticidas, ftalatos, parabenos, bisfenoles, triclosán, benzofenonas, etc.

¿Dónde se encuentran los disruptores endocrinos?

Estos químicos se encuentran en una gran cantidad de productos presentes en nuestro día a día. Los podemos encontrar desde en juguetes, perfumes o productos de cosmética hasta en alimentos, botellas, productos electrónicos o muebles.

Como podemos ver estamos expuestos a ellos continuamente, aunque en pequeñas dosis.

¿Cómo nos afectan?

Según informa el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), los disruptores endocrinos son capaces de interferir en el correcto funcionamiento no solo del sistema endocrino sino de otros sistemas y funciones corporales esenciales. Por lo tanto, dependiendo de su estructura, podrían tener efectos adversos, por ejemplo, en la salud respiratoria, cardiovascular, metabólica, cognitiva, reproductiva o incluso en el desarrollo, desde la etapa prenatal hasta la edad adulta.

Aunque todavía se desconoce la totalidad de los efectos sobre la salud de la mayor parte de estos compuestos, varios estudios los han asociado al aumento de ciertos tipos de cáncer, obesidad, infertilidad, diabetes, asma y problemas de neurodesarrollo. Su efecto es acumulativo, irreversible y se puede transmitir de una generación a otra.

¿Cómo nos afectan?

Como mencionamos anteriormente, los disruptores endocrinos también se encuentran en los cosméticos que utilizamos diariamente: desodorantes, cremas faciales, geles corporales, maquillaje, etc.

En este caso, encontramos disruptores conocidos como bases e ingredientes activos, aditivos, conservantes, colorantes y perfumes. Ejemplo de ello serían los Parabenes o los compuestos Triclosan y Triclocarban, que se utilizan mucho en cosmética por sus funciones antibacterianas, pero también tienen un alto potencial de ser disruptores hormonales.

El problema real de todo ello es que durante el día usamos una gran cantidad de cosméticos, por lo que si no vigilamos estamos impregnando nuestro cuerpo con una gran cantidad de tóxicos.

Por ello es importante apostar por la cosmética natural y ecológica, elaborada con materias primas 100% naturales, con envases y procesos productivos respetuosos con el medio ambiente y sin químicos perjudiciales para la piel.

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